Un barco alemán repleto de acordeones con rumbo a Argentina naufraga en una remota playa del caribe. Los nativos, que hasta ese entonces solo habían contado con los tambores de los africanos y las flautas de los indígenas, aprenden por si mismos a tocar este instrumento. Uno de ellos, de nombre Francisco Rada, adquiere singular virtuosismo en este instrumento y alegra a su pueblo con su don. El Diablo, celoso de sus cualidades musicales, lo reta un día a un duelo de acordeones, en el cual es vencido. Por su valor, el músico es desde entonces rebautizado como Francisco el Hombre.
Francisco el Hombre en realidad existe, y en el año 2000 tenía 92 años y unas cualidades interpretativas y mentales intactas. Comenzó a tocar el acordeón a los 4 años y se le considera como uno de los fundadores del vallenato. Hizo su carrera tocando de pueblo en pueblo y de fiesta en fiesta por unos cuantos pesos. En la película oímos de su propia boca su historia, sus canciones, su vida personal, y vemos su habilidad musical y la casi total pobreza en la que vive. Oímos además interpretaciones de otros músicos famosos de Colombia que rinden homenaje a Francisco Rada, y vemos su forma de vida, su idiosincracia, sus problemas y sus anhelos. Hay escenas en verdad memorables, como un duelo de acordeones entre dos jóvenes intérpretes herederos de la tradición de Francisco, y otra, en la cual unos músicos de orígen seguramente africano interpretan una maravillosa pieza en los tambores. Un documental muy agradable y lo recomiendo ampliamente. Además los ávidos lectores de García Márquez pueden satisfacer su curiosidad viendo en carne y hueso a las personas y los paisajes que inspiraron la obra del colombiano.
Reseña extraida de Una sucursal de Macondo
Excelente documental, disfrútenlo