El Testimonio - Etienne Davodeau (One shot)

El destino hace extraños compañeros de viaje. En El Testimonio (Dargaud 1996) (Ponent Mon), cómic del francés Étienne Davodeau (1965), dos personajes cruzarán sus caminos en la carretera con objetivos muy diferentes. Vincent es un joven que huye de su pasado; sólo quiere romper con todo e iniciar una nueva vida junto a su novia. Lo del anciano Abel es una búsqueda; la del reencuentro con un hijo al que no ve desde que una maldita guerra les separó. Y como todo buen road comic, un McGuffin sirve de excusa para que los protagonistas sean perseguidos sin descanso por las carreteras francesas por unos enemigos a lo que no llegaremos a conocer. Gasolineras, áreas de descanso, restaurantes de carretera o talleres mecánicos serán los escenarios que servirán de reposo momentáneo antes de reiniciar una vez más la interminable huída. La experiencia y el aplomo del anciano sacará más de una vez las castañas del fuego al impulsivo joven, pero la historia, como casi siempre en estos casos, dejará con un gusto amargo.

Se trata de una de las primeras obras de Davodeau, representante de la nueva BD francesa, que sólo busca el entretenimiento a través de la aventura, pero en la que ya deja ver su talento tanto en la narración como en la planificación. Ya se aprecia el estilo que caracterizará el dibujo del francés en el futuro, y que adelanta trabajos mucho más maduros y personales: La mala gente, especie de documental gráfico sobre el movimiento católico obrero francés a través de la experiencia de sus padres es un perfecto ejemplo de cómic comprometido y de denuncia social, mientras que Caída de Bici demuestra cómo un buen guión puede convertir unos hechos en apariencia banales en una excelente historia.