Nunca seremos héroes

Parado de vocación y sin un horizonte real, Mick se pasa todo el día apalancado en su sofá esperando a que la vida se vuelva estimulante. El único acontecimiento que viene a romper la monotonía de su existencia es la muerte de su abuela. Una ocasión no deseada para recuperar el contacto con su padre, un hombre que se ha vuelto extremadamente arisco desde el accidente que, 25 años antes, lo dejó inválido y viudo. Por otro lado, Mick se queda sorprendido de que su progenitor le proponga pagarle para que le acompañe en un viaje por todo el mundo, por los caminos de la nostalgia, de los recuerdos y de los sueños frustrados.