Grimm Tales of Terror Vol.5 núm. 4-7 de 8

Grimm Tales of Terror v5 #4 - La caja Dybbuk: El Dybbuk es un espíritu malévolo que puede poseer el cuerpo de un ser vivo, trayendo mala voluntad y resultados horribles a todos los afectados por él. Pero los tomos antiguos también hablan de una forma de mantener a raya a estas almas malvadas, para evitar que destruyan las vidas de aquellos que buscan controlar. Y cuando la vida de Cole Clark comienza a ponerse patas arriba, con todas las señales apuntando a lo sobrenatural, es posible que solo tenga una opción para salvar su vida, pero ¿a qué costo?
Uno de los misterios más antiguos del universo es: "¿De dónde vienen los sueños y las pesadillas?" Algo aún más preocupante es el lugar que se encuentra entre las realidades, conectando los mundos de la vigilia y el sueño, cuando el cuerpo del soñador se congela en una parálisis del sueño, ¡y estamos atrapados en el mundo donde habita el Hombre del Sombrero! Algunos lo llaman superstición, otros una interrupción en las vías neuronales del cerebro. Pero aquellos que entienden la verdad saben que El hombre del Sombrero no es un producto de la imaginación, ni es un cuento para ser contado. El Hombre del Sombrero es primordial. Es algo a lo que hay que temer. Y si no tienes suerte, ¡El Hombre del Sombrero vendrá por ti!
Un asesino en serie está en una ola de asesinatos en Nueva York, y la ciudad está paralizada por el miedo. Caza parejas, y su modus operandi recuerda al infame Asesino del Zodiaco que aterrorizó a San Francisco hace años. Se asigna a un detective para dirigir esta espeluznante investigación, creyendo que tiene un asesino imitador entre ellos. Pero la verdad es mucho más insidiosa y peligrosa. ¡No te pierdas esta impactante entrega del éxito de terror de Zenescope!
Es conocida en todo el mundo por muchos nombres, en innumerables leyendas, siempre susurradas con miedo y pavor. Ella es la mujer de boca rajada, y cuando la ves, con la sonrisa grotesca y las tijeras ensangrentadas en la mano, solo puedes rezar para que no te elija para escuchar sus fatídicas preguntas. Y si lo hace… ¡CORRE!